La maestra que convirtió la tierra en una lección de vida

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La maestra que convirtió la tierra en una lección de vida

2025-10-14 Temas generales 0

Entrevista a la profesora Lilly Ortiz: El bosque fue nuestro salón de clases: En el Poblado Rosario de San Germán, la Escuela Laura Mercado se convirtió en un laboratorio vivo de aprendizaje gracias a la visión de la profesora Lilly Ortiz. En esta conversación con el agrónomo Yehokhanan Lugo, Ortiz recuerda cómo un terreno escolar de 32 cuerdas se transformó en un proyecto agroecológico pionero en Puerto Rico.

Fuente: Entrevista realizada por Yehokhanan Lugo a la profesora Lilly Ortiz, 11 de septiembre de 2025.

Todo comenzó mirando el terreno:

Yehokhanan Lugo: ¿Cómo surgió esta historia?
Lilly Ortiz: Cuando llegué a la escuela, vi que teníamos 32 cuerdas de terreno. La mayoría estaban abandonadas o subutilizadas. Ahí me dije: “Aquí hay que hacer algo distinto”. Yo venía de trabajar en educación en ciencia y matemáticas, y sabía que la naturaleza podía ser un aula sin paredes. En 2008 empezamos con talleres, identificamos árboles y aves, y nació el bosque escolar y la finca agrícola.

La comunidad fue clave:

Yehokhanan: ¿Quiénes se unieron a la iniciativa?
Lilly: No fue un proyecto individual. Padres, maestros, estudiantes y voluntarios se unieron. Se sembraron plantas ornamentales, medicinales y frutales. Se limpiaron veredas, se crearon jardines de polinizadores y mariposarios. Cada viernes, durante dos horas, todos salían del salón para aprender en contacto directo con la tierra. Eso cambió el ambiente escolar.

Cuando quisieron cerrar la escuela, el bosque habló:

Yehokhanan: ¿Qué pasó cuando surgió la amenaza de cierre?
Lilly: Fue un momento difícil. Pero la finca y el bosque nos unieron más. Padres y maestros se organizaron y demostraron que esta escuela tenía valor. La agroecología fortaleció nuestra identidad. Tuvimos apoyo de Cafiesencia, NRCS y DRNA. Además, Banco Popular de Puerto Rico construyó un puente que abrió nuevas áreas del bosque. Todo eso ayudó a que la escuela no fuera vista como una más, sino como un proyecto único.

Los estudiantes se convirtieron en protagonistas:

Yehokhanan: También participaron en un documental que ganó un Emmy…
Lilly: ¡Sí! Fue una experiencia hermosa. Con Jibafilm, grabamos un documental sobre el Bosque Estatal de Maricao. Los estudiantes asumieron roles de dirección, cámara y entrevistas con una naturalidad impresionante. No necesitaban mucha guía; eran líderes, no espectadores. Ese proyecto los marcó profundamente.

El bosque nos enseñaba a leer la naturaleza:

Yehokhanan: Cafiesencia también tuvo un rol importante, ¿verdad?
Lilly: Muchísimo. Ellos hicieron un conteo de aves y crearon un banner con las especies que habitaban en la finca y el bosque. Los estudiantes aprendían sobre vientos, estaciones, propagación de semillas… Las aves se convirtieron en maestras silenciosas. Yo siempre digo que el bosque es un libro abierto; solo hay que aprender a leerlo.

La semilla sigue viva:

Yehokhanan: ¿Qué esperas que ocurra en el futuro con este proyecto?
Lilly: Cuando me fui, sentí tristeza, pero sabía que la semilla estaba fuerte. Sueño con que resurja. Hay que sacar a los estudiantes del aula, devolverles el contacto con la naturaleza y despertar en ellos un sentido de pertenencia. Muchos jóvenes viven desconectados de los espacios verdes. Volver a la tierra es darles herramientas de vida.

El bosque es una alternativa educativa:

Yehokhanan: ¿Qué mensaje le darías a otras escuelas?
Lilly: Que no hace falta ser experta para comenzar. Lo importante es tener voluntad y comunidad. La agroecología no es una moda; es una alternativa educativa poderosa. Este proyecto demostró que cuando la escuela abre sus puertas a la naturaleza, la naturaleza también enseña.